El movimiento docente después del Plebiscito de Salida: ¿Y ahora qué?

El movimiento docente después del Plebiscito de Salida: ¿Y ahora qué?

A  multiplicar la fuerza organizada de los docentes de Chile

Ayer, 4 de septiembre, se dio por terminado el plan de la clase política de turno. Este plan tuvo su fecha de inicio el 15 de noviembre del año 2019 luego de la negociación de todas las fuerzas políticas del oficialismo y oposición de aquel entonces, que quisieron darle, a través de una nueva constitución, una salida reglamentada al fuerte estallido social que tuvo como protagonista al pueblo en las calles.

Si bien el proceso constituyente estuvo lleno de conflictos mediáticos, lo realmente preocupante es que a pesar de la presencia de unos cuantos convencionales docentes, el movimiento docente en su globalidad no tuvo ninguna representación decisiva ni menos pudo expresar sus demandas históricas: poner fin al sistema laboral precarizado o terminar con los  vicios como la Evaluación Docente, la Jornada Escolar Completa y una legalidad que cada vez le quita más valor al rol cultural y pedagógico de los profesores. Por otra parte, siendo justos, tampoco hubo participación real de los profesores de base en la construcción de propuestas educativas que reflejaran nuestros verdaderos intereses en la elaboración del texto constitucional rechazado.

Más allá del resultado, que algunos colegas malinterpretan como una derrota, o del mismo proceso electoral con el que han querido dividirnos inventando una falsa polarización, como Pueblo Docente estamos claros que para toda la clase política el camino ya está trazado desde hace rato: abrir un nuevo período de negociaciones con el mundo empresarial para ir ajustando las futuras leyes a sus intereses y así mantener sus altos niveles de ganancias. Y para el gobierno de Boric también lo está: actuar con una eficiencia nunca antes vista para agilizar proyectos y enviarlos al congreso para que los políticos y “expertos” de siempre hagan lo suyo. Por otro lado, el actual ministro de educación, que ha reafirmado su posición a favor del sistema de desarrollo profesional como lo conocemos (Evaluación Docente), tampoco ha manifestado intenciones de cambiar profundamente el actual sistema escolar ni menos estimular con recursos humanos y formativos la mejora de las practicas pedagógicas y la situación salarial de nuestro sector.

En otras palabras, independiente de la opción que hubiese ganado, la política de los grandes acuerdos a espaldas del pueblo y la mantención de las malas condiciones actuales para ejercer no se habrían tocado ni un centímetro.

Nuestros desafíos para el momento que viene

Queda demostrado una vez más que los cambios reales no pasarán por las urnas. Debemos retomar la lucha por nuestras demandas históricas a través de nuestra presencia masiva y organizada de colegas en las calles. Debemos ser muchos más agrupándonos para discutir y denunciar las precariedades de nuestra labor, fuera y dentro de nuestros establecimientos donde nos desempeñamos, para así arrebatarles el protagonismo a los partidos políticos y operadores de turno que seguirán administrando este sistema injusto y desigual.

Construir la fuerza organizada de los docentes debe ser una tarea cotidiana levantada a pulso desde el corazón de nuestras escuelas, que llene de orgullo a todos los docentes que soñamos con un futuro sistema educativo que realmente sirva a nuestros estudiantes y nos desarrolle como profesionales de la educación, donde conquistemos sin matices la dignidad de nuestro trabajo y recuperemos el valor de nuestra labor en la sociedad. 

Súmate a nuestra campaña

Por el orgullo de ser profesor:

Fin a la Evaluación Docente

Fin a la Jornada Escolar Completa

Recursos inmediatos para normalizar y nivelar aprendizajes

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *