¿Y LA EDUCACIÓN? -AUSENTE, PRESIDENTE

¿Y LA EDUCACIÓN? -AUSENTE, PRESIDENTE

En esta previa a las elecciones presidenciales y parlamentarias volvemos a escuchar los discursos llenos de promesas de los candidatos de las diferentes tiendas, en medio de un panorama cada vez más decadente de la política chilena y de desinterés por parte de la sociedad, donde una vez más nos obligan y amenazan con multas para que vayamos a votar a los comicios de noviembre.

Mientras los temas de “seguridad”, “economía” o “empleo” consumen gran parte de los debates y franjas electorales de las últimas semanas, la educación sigue estando ausente o, al menos, en el último escalafón, a pesar de los alarmantes hechos levantados por la prensa en relación a las crisis de pedagogías, la deserción docente o la escalada en la violencia escolar. ¿Acaso les importa a los candidatos la educación? ¿Será prioridad en un próximo gobierno?Definitivamente no. El abandono de la educación no significa simplemente que las autoridades en las últimas décadas no hayan impulsado cambios reales que apunten a mejorar su calidad, o que cientos de establecimientos funcionen sin apoyo ni buena infraestructura. Tampoco es solo mala gestión o falta de urgencia en la agenda política del gobierno de turno. El abandono también es la decisión consciente de los políticos de no exponer una agenda educativa que protagonice el debate social, es evitar de todas formas un escenario conflictivo con sectores sociales como docentes y estudiantes, desactivando la conducción y el funcionamiento activo de organizaciones como la CUT, el Colegio de Profesores, Confech, ANEF, y tantas otras que hoy mantienen una relación cómplice con el oficialismo.De este modo, prefieren “mantener las cosas como están”, mientras el creciente mercado en la educación escolar amplía un sistema de traspaso de recursos públicos hacia diversos grupos de intereses privados que solo empobrece la calidad de la enseñanza y de las condiciones de estudio. Muestra de ello ha sido el actuar de este gobierno, cuya vergonzosa agenda educativa ha mostrado como gran legado el engañoso proyector del FES, el pago indigno de la “deuda histórica” y otras medidas de nulo alcance como la Reactivación Educativa o el Plan Nacional Docente, profundizando la profunda crisis en la que los estudiantes cada vez pierden más el sentido por aprender y docentes más el sentido por enseñar.

El ausentismo crónico de la educación en estas elecciones ¿Qué dicen los candidatos de educación con mayor posibilidades?

En los distintos debates, el tema educativo está ausente. Sin embargo, en general todos los candidatos abrazan la libertad de enseñanza, el voucher como sistema de subvenciones por matrícula, ninguno ha cuestionado la actual jornada escolar ni menos en antipedagógico modelo de desarrollo profesional docente. El acuerdo es claro: «modernizar» el ciclo de reformas realizadas en el segundo mandato de Michelle Bachelet. Estos ajustes pretenden mantener el modelo de negocios en el multimillonario sector educativo.

Kast plantea en su programa eliminar el Sistema de Admisión Escolar (SAE) y crear una Sala Cuna Universal Estatal. Como presidente, probablemente la oposición utilizará la crisis latente del sistema educativo, así como los recortes públicos que eventualmente afectarán educación para activar movilizaciones ahora con un contexto de traspasos fallidos de los SLEP.

Más mesurada, Matthei apunta a fortalecer la “autoridad docente” y masificar la educación parvularia con aportes privados, centralidad en el crecimiento (o negocio empresarial). Su posición de derecha, decorada con tonos de “panterismo” podría generar un escenario similar de conflictividad social al de Kast. Con un discurso parecido, Kaiser, aferrado a la libertad de enseñanza, introduce la idea de las cooperativas educacionales, basada en la autonomía de las comunidades escolares y en el financiamiento directo a las familias, consignas que no calzan con la estructura actual del modelo educativo actual.

Jara simplemente es continuidad del gobierno actual, es decir, prolongará el descontextualizado discurso de la inclusión, democratización y la calidad educativa, a través de ajustes mínimos al currículo, a la Carrera Docente y al SAE. Creación de 70 establecimientos de excelencia. Lo demás, será seguir administrando las crisis de los actuales y futuros Servicios Locales de Educación Pública. que surgen de las reformas del segundo gobierno de Bachelet.

A los docentes y los distintos actores educativos nos queda retomar con fuerza la lucha por nuestras demandas, la única posibilidad de alcanzar las transformaciones que el pueblo educativo necesita, con la fuerza puesta en la organización, con la vocación en cada clase que dictamos y con nuestra dignidad en la calles, volviéndolas a copar junto a los estudiantes secundarios y universitarios. Sea quien sea presidente, nuestro camino debe consolidar las demandas más sentidas por el Pueblo Educativo.

Sea quien sea presidente: la educación seguirá ausente

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