Evaluación docente: Que no se suspenda… ¡Qué se elimine!

Evaluación docente: Que no se suspenda… ¡Qué se elimine!

Hace un mes atrás, el Mineduc despachó al Congreso el proyecto de Ley Miscelánea que constaba de 4 puntos:

  • Aplicación voluntaria de la Evaluación Docente para el 2022 y 2023.
  • Extensión del plazo de implementación de los seis nuevos Servicios Locales de Educación Pública (SLEP) que entraron en funcionamiento este año.
  • Regularización del pago del bono incentivo al retiro para docentes y asistentes desde el 2018.
  • Pago de deudas previsionales a trabajadores de la educación.

Sin embargo, como fue noticia durante estos días, solo el primer punto, referido a la suspensión de la evaluación docente, fue rechazado por la cámara de diputados, lo que obligó al ministro Marco Antonio Ávila a enviar una solicitud de reposición al Senado (que debe responder en 15 días) y puso en estado de alerta al Colegio de Profesores, que inmediatamente declaró un plan de acción para esta semana donde podría evaluarse una futura movilización nacional.

Mientras tanto, muchos colegas ya asumen con resignación volver a enfrentarse a este engorroso y deficiente proceso evaluativo.

Desde Pueblo Docente, creemos que, si bien es necesario movilizarnos frente a la suspensión, la crítica de fondo debe ser a la esencia antipedagógica del proceso de evaluación que existe actualmente, ya que nos miden y encasillan con instrumentos ficticios que no reflejan la realidad escolar ni mejoran nuestras prácticas educativas. Razón por la cual no debemos conformarnos con que sea voluntaria por dos años, sino que debemos tener la convicción de que lo justo es luchar por el término definitivo de esta.

Pero sabemos que esta demanda no dependerá de las negociaciones en los pasillos del Congreso, ni tampoco de la voluntad política de las autoridades o dirigentes gremiales de turno. Por un lado, es de conocimiento público que al ministro Ávila le gusta la evaluación, básicamente por dos razones: porque supuestamente propicia el trabajo colaborativo y porque estarían garantizados los tiempos no lectivos para su preparación, lo que bien sabemos quienes trabajamos día a día en las escuelas que es falso. Desde su punto de vista, el instrumento es completamente perfectible, por lo tanto no esperemos que el nuevo gobierno impulse cambios profundos en esta materia, ni menos que busque acabar con este sistema de evaluación que tanto rechazo ha generado en nuestros colegas.

Por otro lado, aquellos sectores del Colegio de Profesores que cuestionaron la Ley de Carrera Docente al ser publicada en 2016 y que hoy presiden dicho organismo, durante estos años se han dedicado más a poner sobre la mesa temas de su propio interés político, escondiendo bajo la alfombra aquellos problemas educacionales y pedagógicos de relevancia. El discurso crítico de los dirigentes en torno a la evaluación docente se fue olvidando en medio de demandas insuficientes que nada resuelven, como el término de la doble evaluación que rige en establecimientos municipales y, desde el 2019, la suspensión y aplicación voluntaria debido al contexto nacional. Para qué hablar del letargo en que se encuentra el magisterio y las nulas intenciones del colega Carlos Díaz Marchant por movilizar a los docentes para exigir cambios reales en el sistema de evaluación, si vemos que desde el ascenso de Boric solo teje complicidad con el actual gobierno (aunque se declare independiente) y ahora último ha sido evidente cómo, junto a su conglomerado político, se ha volcado de lleno a hacer campaña por el Apruebo de cara al plebiscito… echándose al bolsillo los intereses reales del profesorado y toda lucha seria por condiciones que nos permitan ejercer dignamente nuestra labor, más aún en tiempos de crisis educativa como la que nos ha tocado enfrentar. ¿Cabe alguna duda de que la evaluación docente hoy no es, ni será tema mientras el foco esté puesto en las elecciones del 4 de septiembre?

Por todo lo anterior, te invitamos a ser parte de nuestra campaña, sumándote a las distintas acciones con compromiso, entusiasmo y alegría, para convertirnos en una fuerza organizada e imparable que sea capaz de luchar por las demandas que anhelamos los profesores de Chile.

POR EL ORGULLO DE SER PROFESOR: FIN A LA EVALUACIÓN DOCENTE

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