Entre pascua y año nuevo: la precaria e inestable realidad del trabajo docente

Entre pascua y año nuevo: la precaria e inestable realidad del trabajo docente

La actual situación contractual y salarial  de los docentes chilenos se ha precarizado año a año y hoy, luego de un panorama económico y social cada vez más complejo, resulta urgente denunciar las masivas desvinculaciones (no renovaciones de contrato y despidos) que han golpeado tanto en el sector público como particular subvencionado durante estos últimos días. Y no porque sean hechos excepcionales, al contrario, los casos de Ñuñoa, Talagante, Antofagasta y tantas otras comunas sólo reafirman la lógica con la que opera este sistema donde la ley está a favor de los empleadores y no de quienes realmente asumimos la tarea de educar.   

Es bien sabido que el 28 de diciembre es la fecha límite que gozan sostenedores y equipos directivos para informar la continuidad o desvinculación de los docentes, pues coincide con los 60 días previos al primer día del año escolar siguiente que establece como plazo el Estatuto Docente. También es sabido que la excesiva rotación docente en los establecimientos no genera estabilidad y  solo empobrece nuestro desarrollo profesional, además de afectar directamente la calidad de los procesos educativos (se interrumpen vínculos pedagógicos con los estudiantes, climas de trabajo en equipos, metodologías de enseñanza, etc.). Y para nadie es un misterio que la conformación de cuerpos docentes en cada escuela, liceo y colegio se rige por criterios del mercado educativo y no necesariamente por criterios humanos y educacionales. Argumentos como la falta de presupuesto para contratar más profesionales, reducir horas, mantener más profesores “a contrata” o reducir personal, son claros ejemplos.  

De este modo, con amargura nos toca ver partir colegas a fin de año que muchas veces son desvinculados sin justificaciones profesionales, sin retroalimentaciones oportunas ni acompañamiento real por parte de las jefaturas. Simplemente son razones económicas o arbitrarias que dejan a muchos profesores sin trabajo, creando un clima de incertidumbre permanente al interior de las comunidades escolares, una sensación de angustia que se acrecienta entre pascua y año nuevo, y la frustración de no poder establecerse laboralmente a pesar del reconocimiento de estudiantes y apoderados.

El 2023 los sostenedores batieron excusas de todo tipo para remover docentes, desde la disminución de subvenciones por asistencia (recordar que hasta el 2022 estuvieron congeladas por la pandemia), pasando por las clásicas “necesidades de la empresa” (artículo 161 Código del Trabajo) en el sector subvencionado, hasta la famosa sobredotación que supuestamente deben “ajustar” en vista de los futuros traspasos a SLEP en corporaciones municipales. En esta pasada, ni los alcaldes más progresistas se salvaron de coronarse como los nuevos verdugos, siendo el abaratamiento de costos una vez más el gran principio rector y al mismo tiempo la pobre respuesta para no garantizar una buena educación. 

Creemos que esta realidad invisible para el mundo político a nivel nacional, es un atropello a nuestra dignidad como trabajadores y pone de manifiesto el problema que acompaña por décadas no sólo al magisterio, sino que, a millones de trabajadores de nuestro país: el fenómeno de la precariedad e inestabilidad laboral. Una injusta realidad que sin duda debemos luchar por cambiar. 

Llamamos a solidarizar con todos aquellos colegas que fueron desvinculados y deben volver a buscar empleo. 

A seguir construyendo organización docente en cada establecimiento para enfrentar los embates de un sistema laboral injusto y conquistar las condiciones para un trabajo estable.

¡POR EL ORGULLO DE SER PROFE!

SUELDOS DIGNOS Y TRABAJO ESTABLE

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