Ante la improvisación del gobierno y un ministro que no valora el rol pedagógico de los profesores

¡Colegas, se acabó la espera!

Ya pasados los cien días del gobierno de Gabriel Boric, parece que la tónica de la improvisación y la incapacidad de hacer políticas serias y efectivas será la naturaleza de esta administración por los siguientes cuatro años. El Ministerio de Educación, con el anuncio del adelantamiento de las vacaciones de invierno, generó un panorama de amplias expectativas y una sensación de alivio en nuestros colegas a propósito de una semana más de descanso después de enfrentar un primer semestre caótico. Si bien la fundamentación de la medida se planteó desde la necesidades sanitarias de resguardar a los estudiantes, debido al colapso de la red pública de salud, para nosotros tal decisión tuvo que ver principalmente con la urgencia política de descomprimir el convulsionado escenario escolar, donde las emergentes acciones de violencia en los liceos emblemáticos, la crisis de la convivencia escolar en la mayoría de los establecimientos y el evidente descontento de los profesores que en varias comunas ha tomado forma a través de conflictos y movilizaciones por mejoras en las condiciones laborales, se han convertido en una olla a presión que era necesario controlar lo más rápido posible.

Ante la ambigüedad y confusión que generaron las orientaciones ministeriales en estos últimos días, debemos oponernos al rol de “cuidadores” que se nos atribuye al pedirnos que implementemos actividades de entretenimiento (juegos, ciclos de cine, talleres) durante la supuesta semana adicional de descanso, lo cual, además de pasar a llevar nuestra tarea pedagógica, provoca un desorden en la gestión escolar tensionando las funciones de directivos, profesores y asistentes. Hubiese sido más coherente terminar el proceso educativo con normalidad o directamente decretar la semana de receso para las comunidades escolares. Todo lo anterior es una evidencia más de que el ministro, que entró con la careta de ser profesor, hasta ahora no ha logrado comprender las reales necesidades de nuestro trabajo  ni el valor de nuestra profesión.

¿Cuántas medidas de este estilo estamos dispuestos a aceptar? ¿Necesitamos cien días más para reafirmar que este gobierno es más de lo mismo (e incluso peor)? Colegas, es momento de alzar la voz con protagonismo y luchar por aquellas condiciones que nos permitan ejercer con orgullo nuestra profesión.

Para dignificar nuestra labor, te invitamos a construir la fuerza organizada de los profesores de Chile.